Vivimos
en la época del fast food y el low cost (que son comida rápida y bajo coste,
que suenan bastante mal en la bella lengua de España, así que lo decimos que
inglés que mola más…)
No nos
esforzamos y a nada le damos valor…empezando por lo que nos alimenta, pasando
por las relaciones y lo que hacemos. Tenemos 300 “amigos” pero estamos solos,
nos creemos los reyes del mambo y en realidad somos las mismas personas que
ríen y lloran (esto último normalmente solos, esos “amigos” no nos pueden ver
llorar, solo están ahí para ver nuestros selfies de fiesta y playa, ese amigos
de Facebook debería cambiar de nombre…)
Quiero
algo, lo quiero ya, satisfacción inmediata, aburrimiento infinito, no aprendo,
no crezco no existo, no quiero ser nada, mírame, no me hables, no me escuches,
hazme tuya, lléname de flores virtuales, sonrisas efímeras, piel de gallina,
orgasmo y adiós. Pasar el rato, vivir el momento, fuegos artificiales, sin
cenizas al viento.
Obsolescencia
programada, sin garantías, sin ganas, todo viene y va sin fundamento ni
sentimiento. No te conozco y ya te he olvidado, kilómetro cero cada mañana, sabanas
revueltas, mente en blanco, borrón y cuenta nueva, en una palabra: vacío…
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